Hay varios menús que puedes probar para recargar tus energías y darle a tus músculos lo que necesitan tras una dura sesión de entrenamiento.

Luego del entrenamiento, las dos primeras horas son las esenciales para recargar los depósitos de glucógeno y reparar el posible daño muscular. La ventana anabólica es cuando el músculo se encuentra más ávido para recolectar glucosa. Por lo tanto, es fundamental la ingesta de carbohidratos en forma líquida de tal forma que contengan maltodextrina, dextrosa, amilopectina o glucosa. La comida sólida posterior debe tener carbohidratos de índice glucémico. A continuación te alistamos algunas ideas para tu alimentación post-entrenamiento.

PRIMEROS PLATOS

Sopa de fideos

Arroz blanco en sus distintas variantes (caldoso, negro, verduras, tomate)

Puré de papas con zanahoria

Ensalada de pasta o arroz blanco con semillas de sésamo

Pasta con tomate

Pastel de calabaza

Pizza con tomate, verduras y atún

Canelones de atún con besamel

Papas asadas

Evitar: legumbres, productos integrales y exceso de aceite al aliñar la ensalada. Aconsejable: salar los platos un poco más de lo habitual.

 

SEGUNDOS PLATOS

Pescados blancos (gallo, lenguado, dorada, merluza, lubina, pescadilla, etc.)

Carnes blancas (pollo, conejo y pavo)

Evitar: pescados azules por su alto contenido en grasa (aunque sea saludable) y eliminar piel del pollo por contenido graso.

 

POSTRES

Natillas de leche desnatada con galleta maría

Macedonia de frutas

Crepes de castañas y/o mermelada

Yogurt desnatado con miel

Cuajada con miel

Plátano

En caso de que la salida o entrenamiento haya sido excesivamente intenso, el hígado y riñón tienen excesivo trabajo para filtrar toxinas derivadas del catabolismo muscular, por lo que no estaría de más que la primera comida sólida estuviese compuesta sólo por un primer plato (con una ensalada por ejemplo) y postre. Si consumes pan que no sea integral.